
El hacha fue una de las armas más terribles de la edad media, su versatilidad hizo que fuera empleada en numerosas tácticas guerreras. Se utilizó en el combate cuerpo a cuerpo, para realizar asaltos, como arma defensiva, para parar a la caballería, como arma arrojadiza y en toda situación que podamos imaginar. Esta utilidad tan variada le creó una aureola mítica bañada en leyendas extendidas entre el populacho medieval. Su manejo requería bastante tiempo de instrucción, a las faldas de los castillos los guerreros practicaban continuamente para conseguir el mayor dominio sobre esta terrorífica arma. Su evolución fue paralela a la convulsa sociedad en la que existió. Al principio de la edad media el hacha se solía emplear para realizar asaltos y contener cargas de caballería. Golpes certeros sobre las caballerías causaban estragos en las filas enemigas y su contundente filo servía para traspasar corazas y escudos en las cargas contra los rivales.
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